Quizás la localidad que mejor combina el deslumbrante paisaje de naturaleza con la destacada arquitectura monástica de toda Grecia, Meteora, lo mezcla todo; belleza, serenidad, majestuosidad y a la vez simplicidad. Declarado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1988 Meteora se ha convertido en uno de los lugares que el visitante no puede dejar sin conocer.
Prácticamente se trata de un bosque de piedras, enormes peñones rocosos formados miles de años atrás debido al proceso de la erosión tanto del agua como del viento. Concretamente todo comenzó cuando las aguas de un río antiguo desembocaban en el valle de Tesalia cuando aún era mar , trayendo un incalculable número de sedimentos que más tarde cuando estas aguas encontraron salida hacia el Egeo, al este en la región de Tempi, todo el material acumulado miles de años en el fondo del valle se aposenta en Metora. Desde entonces hasta hoy trabaja sin parar el proceso natural de la erosión dando lugar a esos enormes pilares llenos de todo tipo de sedimentos y fósiles.
Es exactamente sobre las cumbres y grietas de estos peñones de piedra, que el comienzo del cristianismo vio como un espacio formado por el mismo Dios para el acercamiento del hombre hacia Él. Es así mismo, como los primeros ascetas y eremitas de la zona construyen hacia el s. X sus humildes aposentos denominando esta región con el nombre de Merteoras que significa: suspendidos del cielo. Con el paso del tiempo, el reconocimiento de la zona como uno de los mejores lugares para el recogimiento y la salvación del alma entre monjes antiguos en todo el imperio bizantino, convierte a Meteoras en uno de los más ricos centros Monásticos del mediterráneo con más de 24 Monasterios durante el s. XIV.
Hoy en día, se conservan seis monasterios, cuatro masculinos y dos femeninos todos con monjas o monjes ortodoxos, ya que en toda Grecia no existen ordenes religiosas. Adicionalmente, la visita de estas seis joyas arquitectónicas se rige por un horario especial diferente en cada monasterio y un acceso variable según el peñón sobre el cual está erigido cada monasterio.
Consejo para la visita: se requiere vestimento adecuado, es decir hombros cubiertos. Los caballeros deben vestir pantalón largo, algunos monasterios permiten bermudas pero al menos hasta la rodilla y las damas deben llevar falda larga o cubrirse con un pareo.