La puerta debe su nombre al arqueólogo francés Ernest Beulé, que la descubrió en 1852. Está ubicada a pocos metros antes que los Propileos y hoy en día conocemos que fue edificada en el 267 d.C. como parte de las fortificaciones romanas tras el saqueo de la tribu germán Heruli. En el arquitrabe todavía se conserva parte de la inscripción original del monumento. Cuando los turcos destruyeron el templo de Atenea Niké en 1686, utilizaron el mármol para construir sobre la puerta un baluarte para la artillería.
Cabe destacar que el 11 de septiembre del año 1380, Pedro IV de Aragón tuvo la brillante idea de enviar una guarnición a la Acrópolis porque, decía, “la fortaleza es la joya más preciada en el mundo y ni todos los reyes cristianos de la tierra podrían construir una similar”. El Ministerio de Cultura y Turismo griego a colocado en la puerta Beulé una placa con dicha frase escrita en catalán, castellano, griego e inglés.