Considerados como la entrada monumental a la Acrópolis, los Propileos, tenían una doble función: por un lado su grandeza impactaba al peregrino que llegaba desde cualquier rincón de la Grecia Magna durante las fiestas Panatenas (épocas de paz) y por otro lado ese mismo esplendor era que asustaba al enemigo durante los ataques (épocas de guerra). Esta enorme obra comenzó el 437a.C. hasta el 432a.C. año en que los trabajos fueron suspendidos por la guerra civil del Peloponeso.
Prácticamente, este gran complejo monumental coronaba el camino escarpado que conducida a la cima de la Acópolis, es este exactamente el único posible acceso a la Acrópolis, es decir servía como embudo. Los propileos se componen de un edificio central dividido con cinco puertas de diferentes tamaños, las cuales se abrían todas a la vez únicamente durante las fiestas de la diosa Atenea. A izquierda y derecha se construyeron dos alas simétricas, la del norte era la Pinacoteca donde se guardaban las obras de arte de la época y la del sur era la Biblioteca. Todo el techo de mármol, decorado con marquetería azul y estrellas doradas estaba sujetado por columnas dóricas en las fachadas y columnas jónicas en el interior. Los dos estilos arquitectónicos (Dórico y Jónico) usados el aquella época en toda Grecia fueron empleados en un solo edificio quizás para crear el sentimiento de que todos eran bienvenidos.